15 dic 2014

Ha llegado la era de la autosuficiencia


INGRESAMOS EN EL POST-INDUSTRIALISMO Y EL POST-CAPITALISMO


La Historia no es el resultado de una secuencia de acontecimientos (generalmente recopilados posteriormente) sino de un proceso de acumulación de hechos estructurales, procedentes de algunas culturas, que a su vez han sido la consecuencia de condicionamientos culturales (tales como el lenguaje y las estrategias de supervivencia), como de las relaciones entre estas personas y su medio ambiente, (por ejemplo, el crecimiento de la población es un resultado de la capacidad de un grupo humano para abastecerse de alimentos y crear desarrollo social)
Estos procesos se explican mediante la teoría de Eric Berne, que afirma que la acción social de las personas está reglada por una “Economía de Caricias Sociales”, en el sentido amplio del término, que incluye gratificación personal y respeto social. Esto hace evidente que las decisiones políticas que prosperan son el resultado de un sistema de necesidades y posibilidades dentro del complejo social que las asume.
Desde esta perspectiva podemos explicar la crisis actual, ocasionada por el derrumbe del precio del petróleo (que afecta a la economía de la mayor parte de las naciones, sean productores o consumidores), no es un proceso transitorio, si bien es parte de una operación de Imperio Global contra países desobedientes, pero ricos en petróleo como Rusia, Venezuela, Irán y también contra Arabia Saudita y las monarquías petroleras del Golfo, cuyo futuro dependía del consumo de la población europea y estadounidense, desafiando una ley de la sana acción política: “No poner su felicidad donde no alcanza su poder”.
Y cumplir con esta ley, implica organizarse para una creciente autosuficiencia, o sea todo lo contrario de lo que sucede con los principios del “libre mercado”, que somete a la producción local a los vaivenes de la venta a otros países, o corporaciones multinacionales.
En realidad esta ofensiva de la oligarquía global no se dirige a controlar el tráfico del petróleo, sino a preservar la hegemonía de la moneda con que se paga: Los Petrodólares, clave de la hegemonía norteamericana desde que terminó la Segunda Guerra Mundial, y se consolidó cuando la Unión Soviética implotó, dejando al mundo sin un foco de real  resistencia al capitalismo salvaje que asumió el control de la economía mundial.        
El siglo 21 comenzó de una manera muy diferente, siendo el atentado a las torres gemelas de Nueva York, el punto de largada de una ofensiva de la elite norteamericana, que primero intentó obtener el poder absoluto sobre la Humanidad, y ahora se ha convertido en un conjunto de acciones desesperadas por retener un poder que se le escapa de las manos, gracias al acuerdo de las naciones amenazadas por este capitalismo crepuscular, que ya no produce riqueza, sino que se limita succionar la que crean otros, mediante la especulación monetaria, que está encabezada por el uso de los Petrodólares.
Y paradójicamente, este proceso tuvo como resultado un incremento notable de las capacidades autosuficientes de las distintas naciones, sean productoras o consumidoras de hidrocarburos, encabezados por las acciones del principal consumidor mundial, Estados Unidos, cuyas importaciones se redujeron de 12,4 millones de barriles (mdb) en 2005 a 7,4 mbd en 2012, ya que su producción total de petróleo ha ido aumentando de forma constante de los 8,3 mbd en 2005 a los 11,1 mbd en 2012, en un proceso que ha seguido igual en los años posteriores, hasta disminuir el déficit de la balanza comercial, causado en sus dos terceras partes por la compra de hidrocarburos (en 2013 gastó un total de $300.000 millones en importaciones).
Pero la hegemonía global no se basa en un producto, como el petróleo, sino en el uso de la moneda global: el dólar, y el menor volumen de Petrodólares involucrados en el comercio mundial, opera en contra de los objetivos de dominación globales, por lo cual Estados Unidos se lanzó en una ofensiva diplomática contra el único país suficientemente armado como para confrontarlo.
Pero Rusia había previsto estas movidas y las últimas décadas ha consolidado un sólido y poderoso sistema de alianzas gracias a la Organización de Cooperación de Shanghái, con la que incluye a más de la mitad de la población mundial y a gran parte del territorio mundial al incluir a China y la India, a la que ahora se suma Irán, con lo cual se desbarata el plan de rediseño del Oriente Medio de las elites norteamericanas.
Esta operación de resistencia, Rusia la sigue mejorando con la incorporación de Turquía a esta alianza mediante la construcción del gasoducto South Stream, con el cual abastecerá a la Unión Europea entrando por el sur de Grecia, eliminando uno de los objetivos de la provocación en Ucrania, y sorteando la operación para impedir que Rusia vendiera gas a Europa por la indefinición de Bulgaria a dejarle pasar a Gazpron por ese país.
Esto también debilita la obediencia de los países europeos a las elites norteamericanas, porque atenta contra sus intereses, pues pierden por partida doble, el gas barato de Rusia y los ingresos que les generaba el mercado ruso, todo por las “Sanciones” inventadas por Estados Unidos para debilitar a Rusia, pero cuyos resultados debilitarán su objetivo de crear un ALCA con la Unión Europea, que sólo es un negocio para resucitar la industria de los norteamericanos.
Además de esta alianza de Rusia con Asia, la constitución de los BRICS, y de la UNASUR, llevarán al dólar a ser la moneda que pronto sólo se utilizará para el comercio con Estados Unidos, con lo cual el Proceso de Autosuficiencia no sólo llegará al sistema productivo, sino que comprenderá también al sistema de monedas nacionales y continentales.
Así que, si dejamos de escuchar el ruido de tambores y bayonetas, vemos que los procesos de autosuficiencia están avanzando en todas las regiones del mundo, y es muy posible que el petróleo tenga un destino similar al del carbón que, a pesar de tener enormes reservas en todo el mundo, se ha convertido en un combustible marginal.
Estados Unidos ha desarrollado muchas propuestas para disminuir los gastos que le ocasionaba la compra de petróleo, pero ninguna satisfacía las condiciones de mantener la hegemonía de la poderosísima industria petrolera, que ha comprado todas las patentes que permitían usar otros combustibles (como el hidrógeno o el agua), y se ha opuesto al desarrollo de los vehículos híbridos y eléctricos (como en la Argentina, donde a pesar de tener que importar grandes volúmenes de hidrocarburos lograron, por ejemplo, impedir el ingreso del auto Toyota Prius, un híbrido que consume la décima parte de nafta que un coche convencional igual, y eso que este país ya tiene importantes fábricas de Toyota).
Así, con el fenomenal impulso que le han dado a los procesos de obtención de petróleo y gas de esquistos, los norteamericanos lograron frenar la importación sin debilitar a la industria petrolera, y los bajos costos de la energía local están provocando el regreso de muchas industrias que habían llevado sus fábricas a otros países, incorporándose de nuevo al proceso norteamericano de autosuficiencia, que ya cuenta con un gran  desarrollo de generadores eólicos, incremento de represas y centrales nucleares seguras, y la organización de sistemas calóricos que aprovechen la energía solar.
Todos estos procesos no sólo ayudan a la autosuficiencia energética, sino que responden también a la creciente resistencia a la contaminación ambiental que genera la producción petrolera, todos estos motivos no contribuyen a un buen pronóstico para el futuro de las multinacionales del petróleo, y en consecuencia, de los Petrodólares.
El mayor exponente mundial de organización autosuficiente es China, hoy la primera potencia económica mundial, que recorrió en décadas procesos que llevaron siglos en Occidente, y también está repitiéndose en todo el mundo, incluso en algunos sectores de la Argentina, que era un país prácticamente autosuficiente hasta que el Imperio Global hizo que asesinaran a 30.000 dirigentes patriotas para convertirnos de nuevo en subdesarrollados, justo cuando empezaba el siglo 21.
Este proceso de cambio estructural se está generando en el sistema productivo de todos los países, pues todos buscarán la forma de autoabastecerse de todo lo posible, sobre todo en energía y alimentos, puntales del intercambio comercial en el planeta, y en consecuencia:
HA LLEGADO EL MOMENTO DE DEJAR DE CONFIAR EL FUTURO ECONÓMICO AL SECTOR EXTERNO
Pues la Autosuficiencia implicará el ocaso definitivo del Imperio Global (que cambia de sedes de acuerdo a las capacidades de domino que le ofrecen los distintos países), pues las capacidades autosuficientes generarán una explosión de creatividad, tanto de procesos políticos, sociales y tecnológicos, algunos inimaginables en el siglo pasado, como por ejemplo el desarrollo de las impresoras tridimensionales, que, en esencia, crean la posibilidad de enviar en forma gratuita, por Internet, productos elaborados, y así como la industria se expande a partir de la invención de la imprenta, el post-industrialismo encuentra su camino autosuficiente con la invención de Internet.
Y todo esto sucede en medio de la desesperación de aquellos que no se resignan a formar parte del pasado, y operan para “cambiar algo que permita que todo siga igual”.
América Latina, por su parte, está dando pasos gigantescos hacia la Autosuficiencia, mediante el proceso de integración continental, y aquellos que vivieron saqueándonos durante cinco siglos tendrán que encontrar la manera de mantener su estándar de vida sin poder robarnos el nuestro, pues existe una conciencia cada vez más clara que la contradicción principal que nos afecta es: Corporaciones versus Democracia.
Así, la Autosuficiencia trastoca todas las reglas del comercio internacional, y con ello el control político-económico de las naciones a través del llamado “Sector Externo”, gracias al cual se llevaban nuestra riqueza a cambio de papeles impresos o signos de computadoras, que casi no tienen costo.
La Autosuficiencia significa el fin de la No-Cultura llamada Globalización, que no fue más que el producto de un golpe de Estado Mundial generado por el sistema financiero internacional para saquearnos y obtener el control de la población mundial, finalmente  amontonada en grandes ciudades, condición necesarias para que recibamos instrucciones permanentes, tanto a través de todo el sistema educativo, como de la omnipresencia de los medios de difusión, indicándonos sobre lo que debemos pensar, consumir y desear.
Y como muy bien predijo George Orwell en “1984”, si esto comienza a dejar de funcionar, siempre intentarán declarar una nueva guerra mundial, cosa que la oligarquía anglo-norteamericana está intentando, pero su torpeza de las últimas décadas le impedirá tener éxito, pues aunque nos desprecien, los Pueblos, inclusive el norteamericano, tienen memoria e instinto para sobrevivir.
LA EXPANSIÓN DE LA CULTURA MERCANTILISTA ORIGINARIA DE EUROPA HA TERMINADO
Desde la invención alemana de la Imprenta, que generó la producción industrial, y creó las condiciones para aumentar “recurso natural” que es la población, concatenada con el despliegue del sistema comercial internacional, hasta exportar un tercio de la misma al resto del mundo, instalando la mercantilización de la cultura, que lo invadió todo.
Pero ahora Europa quedó la zaga en la producción de niños y cultura, mientras la producción ingresa en un nuevo proceso que puede designarse como pos-industrialismo, y donde la estructura económica se vuelve cada vez más autónoma del sector externo, en otro proceso que puede designarse como post-capitalista, que dejará, como ahora en Estados Unidos, una enorme cantidad de capital disponible para el desarrollo de bienes básicos, como las viviendas y la infraestructura necesaria para brindar una alta calidad de vida.
Y esta calidad de vida no puede obtenerse en las megalópolis actuales, signadas por la rivalidad y la competencia, lo que llevará a un Nuevo Programa Urbano, que algunos designan como Rurbanización, pues integra los tres escenarios donde transcurre la vida, el urbano, el rural y el silvestre.
Allí se desarrollará la Nueva Cultura, que es el producto de un intercambio entre personas diferentes, y de estas con su medio ambiente, y para eso América tiene los valores tradicionales necesarios para construir sus bases.
Gracias a estos procesos, como anticipaba el Gran Mao: “Florecerán mil flores”, al mismo ritmo que se marchitan las que nacieron entre los voraces mercaderes de Europa.
Buenos Aires, 9 de diciembre de 2014



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