6 feb 2015

POLÍTICA Y ECONOMÍA SON LO MISMO


 Desde que el neoliberalismo ha tomado el poder, ha tratado de convencernos que la política y la economía eran dos cosas diferentes, para poder mantener el poder económico fuera de todo cuestionamiento mientras someten al plebiscito eleccionario a algunos lugares de las estructuras burocráticas estatales. El Pueblo tiene el derecho de elegir al Presidente de la Nación, con quien tiene tratos muy esporádicos, pero no puede decidir quién maneja al Grupo Clarín, el diario que leemos todos los días, y canales que se encuentran casi permanentemente prendidos.

Así que hoy tenemos una Democracia sumamente restringida, que ejercemos una vez cada dos años, pero estamos subordinados a una plutocracia que se impone en forma tiránica, nos dice permanentemente que hacer, que podemos comprar, como debemos viajar, y donde podemos vivir.
Así la Política, que es la actividad que se ocupa de distribuir recursos y responsabilidades, no funciona en la vida cotidiana, pues el Pueblo no puede elegir a aquellos que condicionan nuestro estar en el mundo.
Esto fue organizado así desde el Imperio Romano, en adelante. La estructura del sistema político, formado por capas sometidas a lo que dispone una cúpula ha permanecido igual durante dos milenios, siempre existió un orden político piramidal, y esto es así en cualquier sistema, demoliberal, socialista o fascista, todos son pirámides, con una gran base formada por la mayoría de la población, y por encima un escalonamiento por clases sociales, la diferencia estaba en la cantidad de escalones.
Pero a lo largo de todo el siglo 20 se ha gestado un cambio estructural de gran magnitud, y se llama Internet, que también inventamos nosotros. Pero la Red de Redes es la culminación de una enorme organización de redes entrecruzadas. A las viejas redes de caminos, se sumaron redes ferroviarias, eléctricas, telefónicas, de cajeros automáticos, etc. Hoy nuestra sociedad no podría funcionar sin este sistema de redes cada vez más intrincados. Y esto tiene un profundo significado político.
Así como la tecnología de la imprenta, permitió la alfabetización masiva, lo cual permitió una sucesiva diferenciación de actividades, y se hizo necesario el cambio político de un autoritarismo feudal que ya no podía controlar a estas nuevas fuerzas productivas, por la democracia representativa.
Pero ese período ahora terminó. La imprenta ha sido superada como estructura básica del saber social por las tecnologías informáticas, por las redes de información, que avanzan mediante saltos de complejidad.
El hecho de que en gran parte del mundo exista un teléfono celular por cada persona, es asimilable a la alfabetización en los siglos pasados, un gran avance democrático, pues la diferencia que existe entre alguien que sabe leer y escribir, y quien no, es abismal, y en eso la democracia se ha apuntado un enorme éxito e Internet ha hecho realidad la posibilidad de conectar a cualquiera con cualquiera, esté donde esté.
Y casi súbitamente, las sociedades de pirámides se transformaron en sociedades de redes, en las cuales no tiene sentido hablar de base y cúspide, sino de líneas y nodos, que se conectan omnidireccionalmente, no importa si van hacia los costados, o hacia arriba y abajo. De repente, el mundo bidimensional de las pirámides, donde sólo existe arriba y abajo, se convirtió en el mundo tridimensional de las redes.
Y esto tiene una dramática importancia política, porque obliga a pensar nuevamente cuales son los procedimientos que debe llevar a cabo la política que es la actividad destinada a distribuir recursos y responsabilidades.
El plácido mundo donde sólo se trataba de encontrar la manera de subir al “ascensor social”, para poder acceder a mayores recursos y menores responsabilidades, ya no funciona. La “Multipolaridad” cada vez asume más dimensiones, y el mundo del presente, y especialmente, el mundo del futuro no puede ser comprendido, y menos aún operado con las reglas bidimensionales de la sociedad piramidal, sino con las reglas mucho más complejas de la sociedad de redes, en la cual se mueven con mayor comodidad los expertos en manejar información compleja, como las corporaciones o los sistemas de espionaje, llamados correctamente “de Inteligencia”, porque están entrenados para moverse en situaciones contradictorias y muy ambiguas.
En este mundo multidimensional de las sociedades de redes, las estratificaciones piramidales no funcionan, ni en el campo político, ni en el campo económico, pues esa arbitraria división no obedeció a un descripción de la realidad, sino a una superchería para ocultar los lugares de poder que ocupa el Poder del Dinero, que controlan todo y donde la democracia demoliberal no existe, pues no existen las elecciones ni la obligación de rendir cuenta de sus actos.
Algo está podrido en Dinamarca” diría Hamlet, pero se trata de una enfermedad que no se puede curar legalmente porque son graves delitos que se apoyaron en redes no formales del poder, en redes no explícitas, que no forman parte de la estructura legal existente, ya completamente obsoleta e incapaz de castigar a los poderosos. Un famosos mafioso argentino, del que se dijo, que hizo matar a un periodista porque publicó su fotografía, definió así al poder: “Poder es igual a Impunidad”, el Grupo Clarín lo está demostrando, se hizo una ley, una de las más largamente debatidas en el seno de la sociedad, para controlar a los delincuentes mediáticos como ellos, que hicieron asesinar al dueño de una empresa que codiciaban y luego torturar a la esposa, para robarlo, y todos lo saben, pero estos delincuentes contratan a payasos periodísticos para burlarse en la cara de los bienpensantes.
Si bien es cierto que ningún banquero firmó un decreto, ellos fueron los que manipularon (léase corrompieron) al “sistema de los políticos” para que tomaran decisiones que los favorecían en contra de los intereses nacionales y de las grandes mayorías. Es así como todos perciben que desde 1976 en adelante en la Argentina ha habido una continuidad económica que no ha sido cortada por ninguna elección, mientras los políticos cambian, el poder económico permanece inamovible, La extraordinaria ganancia de los bancos durante el año 2013 prueba que todo sigue igual.
Este proceso ha puesto a nuestro país en manos de los sectores más retrógrados de nuestra sociedad: usureros, rentistas. Imposibilitados de resolver las necesidades de vivienda e importadores que festejan la destrucción de la industria nacional. Estos son hombres ricos nacionales, pero los que realmente manejan los hilos, los que siguen tomando todas las decisiones estratégicas, siguen siendo los intereses extranjeros dedicados al saqueo sistemático de nuestro país,.
Este verdadero poder vicario está organizado para eludir toda responsabilidad y disfrutar de todos los beneficios, ha usado los más diversos recursos (partidos propios, medios de comunicación controlados, servicios de inteligencia, corrupción política, sindical y universitaria) hasta convertir a la “política” actual en una especie de circo romano mediático, donde las “espadas verbales” de los políticos se desangran entre sí, azuzados por un coro de periodistas ante una sociedad cada vez más harta de tantas mentiras
Los sectores dominantes, escondidos en sus confortables palcos y protegidos por su policía privada, se ríen de los patéticos esfuerzos de los políticos por explicar lo injustificable. Seguros de su impunidad se limitan a sonreír cínicamente cuando algunos de estos poco atléticos gladiadores termina preso y sólo se limitan a abandonarlos veloz y silenciosamente a su destino, agitando, cuanto más, alguna torpe excusa.
Debemos preguntarnos ¿cómo algo tan evidente como la unidad entre política y economía ha podido ser separada tan tajantemente en la percepción de la sociedad?.
La Facultad de Economía, aparte de la reglas de contabilidad, se enseña “economía clásica”. O sea los postulados económicos del neoliberalismo (monetarismo, “mano invisible”, “riesgo país” y todas las variantes del credo neoliberal, base del “pensamiento único”). Las “Ciencias Políticas” que se enseñan consisten en describir como funcionan todos los sistemas políticos que, a lo largo de la historia, han consolidado el poder del Imperio Anglonorteamericano, o sea el neoliberalismo y la socialdemocracia en todas sus variantes, además de una denostación permanente de cualquier otro sistema que represente variantes peligrosas para los mencionados.
Para profundizar en el sentido que tienen estos enfoques debemos averiguar quiénes, y para qué, inventaron la “economía clásica” o “economía política”. Fueron Adam Smith y David Ricardo, dos conspicuos miembros de la Compañía de las Indias Orientales, base central del programa político colonialista de Gran Bretaña. Fue en esa época (el siglo 18) cuando la aristocracia feudal de los isleños británicos, desarrolló su proyecto de dominación mundial basado en el “libre comercio”, la “libre navegación de los ríos”, la “libertad de prensa” y la sumisión mental de los pueblos invadidos mediante el opio.
Es necesario poner en claro que el neocolonialismo actual no consiste en la ocupación militar de los territorios, sino en la ocupación insidiosa de las mentes de las personas de los países invadidos, y hoy el genocidio no ocurre en los prolijos campos de exterminio de los nazis, sino en las casuchas de la periferia, donde la miseria mata niños cada día y en las calles sin control, donde mueren diariamente personas por accidentes de tránsito y por homicidios producto de la desesperación que produce la exclusión social y el consumo de drogas.
El movimiento estudiantil prácticamente ha desaparecido. Los centros de estudiantes han involucionado desde el fecundo ámbito de la discusión política a ser cajas de recaudación para los grupos políticos que los manejan.
En las universidades tradicionales argentinas ya no se enseña a pensar, a aprender, a crear. Se entrena para “salidas laborales”, o sea se conforma una nueva clase de siervos de la gleba tecnológica, para que funcionen como engranajes eficaces de la dominación colonialista.
Para volver a pensar sin miedo nuestra realidad, para sacarnos de encima el terrible peso del cipayaje intelectual que se ha filtrado en toda la educación superior, debemos formar nuevamente a argentinos patriotas, para unirlos a los hermanos iberoamericanos que quieran librar con nosotros esta nueva batalla por la independencia y la unidad sudamericana recuperando el legado de nuestros próceres: Belgrano, Lavalle, Moreno, San Martín, Quiroga, Peñaloza, Bolívar, Zapata, Sucre, Artigas, López, Martí, Sandino, Guevara, Gaitán, Arbenz, Vargas, Torrijos, Velazco Alvarado, Allende y por supuesto, Perón y Chávez, que se batían a muerte, no haciendo Simposios.
Buenos Aires, 21 de abril de 2014

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