Por Walter Moore
14/11/2015
Ya todos sabemos que los atentados terroristas tienen como uno de sus objetivos estratégicos eliminar las garantías democráticas, cuando no justificar el emprendimiento de nuevas guerras. Hoy sabemos con certeza que Pearl Harbor estuvo destinado a cambiar la opinión pública norteamericana reacia a intervenir en la guerra, así como el pseudo ataque a un barco norteamericano en el Golfo de Tonkin, los llevó a invadir Vietnam, y el auto-ataque a las Torres Gemelas en New York sirvió de excusa para invadir y destruir a Irak y a Afganistán.
Así que, cada vez que se produce un atentado terrorista, es natural que pensemos ¿a quien le sirve la conmoción que lo acompaña?, y siempre encontramos al Imperio Global favorecido, hasta el punto en que actualmente la contradicción política principal es entre las Corporaciones Multinacionales y la Democracia, o sea contra los Estados Nacionales electos por sus pueblos.